Pregúntale a Alicia es
algo más que un libro. Son las
confesiones de una joven de quince años que busca su lugar en el mundo mientras
descubre, sin quererlo, el lado más oscuro de la vida. La historia comienza
cuando la chica decide comprarse un diario para contarle a alguien todos sus
problemas con la escuela, el sobrepeso, los chicos… Un día, sus padres le
anuncian que van a mudarse a otra ciudad. Al principio cree que será una
experiencia maravillosa, pero con el paso de los días se da cuenta de lo
equivocada que está: de pronto se encuentra sola, nadie tiene intención de
entablar amistad con ella y el único pasatiempo que tiene es quedarse en casa.
Sin embargo, una noche la invitan a ir a una fiesta… y es en ella donde prueba
por primera vez y de manera accidental las drogas.
A partir de entonces,
Alicia entra en una espiral un tanto caótica y desenfrenada de la que no sabe
bien cómo ni por donde escapar. Según avanza la novela, vemos cómo la
protagonista se va transformando poco a poco en una persona completamente
diferente, atraída por la adicción. El estilo del libro es ágil y directo. Un
monólogo repartido por las distintas fechas entre la escritora y el lector. Una
escritora que, por cierto, es desconocida. No se sabe quién fue esta
adolescente y, como dicen en la primera hoja los editores, los lugares, los
nombres y las fechas se modificaron bajo petición expresa de los afectados.
Nota:
El libro es duro, muy
duro, pero también es cien por cien sincero y refleja una verdad que nos rodea
y que intentamos no ver. Aun habiéndose escrito hace más de treinta y cinco
años, da la sensación de que podría estar sucediendo hoy mismo. Un libro que recomendamos leer para comprender lo dura que puede ser la
vida si no se toman las decisiones acertadas en los
momentos importantes.
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